15 diciembre 2017 | Internet

Está cambiando la forma en que las empresas miden su impacto social

Según dio a conocer la firma Socialab, cada vez es más relevante para las organizaciones mostrar a sus grupos de interés que no solo son una buena empresa para sus accionistas, sino también una buena empresa para el mundo.

Atrás quedaron los días en que los empresarios aseguraban que su impacto social era el número de empleados que contrataban o que su aporte al planeta era reducir su huella de carbono apagando las luces de la empresa antes de salir.

Hoy se debe hablar claro y directo sobre el beneficio real que le genera la empresa a la sociedad; desde la perspectiva social, ambiental y económica, todas al mismo nivel, sin una ser más importante que el resto, sino un complemento que le genera valor al mundo.

Y ese valor tendría que ser evaluado a través de una medición seria que entregue datos cuantitativos de impacto, no sólo desde las fotos o los testimonios de las personas que hablan en los videos, sino también desde las cifras. Las compañías suelen creer que es suficiente con visibilizar sus acciones sociales a través de historias y no es que eso esté mal, pero sí es realmente relevante, para ellas mismas y para la sociedad, medir cuál es el impacto que tiene su estrategia en la vida de las personas.

Según Nicolás González Bernal, director de operaciones de Socialab, se estima que aproximadamente el 85% de los recursos de cualquier proyecto de esta índole se invierten en mostrar evidencias de lo que se hace, más que en los resultados del trabajo social mismo.

Agregó que “las empresas están llamadas hoy a implementar nuevas metodologías de medición de impacto en sus campañas de responsabilidad social, unas que planteen formas de recolección de datos más livianas, menos costosas y mucho más eficientes, ya que las que se usan ahora requieren de una gran cantidad de recursos para extraer información, procesarla, analizarla y reportarla”.

Un caso de éxito en este sentido es el resultado de la alianza entre Acumen, uno de los fondos de inversión de impacto más importantes del mundo, Rockefeller Foundation y BLabs, quienes desarrollaron una metodología que ayuda a organizaciones y empresas sociales a medir de una forma eficaz y eficiente el impacto que generan y que, además, puede asociar este impacto con sus indicadores de negocio.

Esta metodología se llama Lean data y se centra en ofrecer 4 puntos clave para todas las organizaciones:

  • Posibilitar una mayor velocidad en la recolección de datos.
  • Consumir menos recursos financieros y humanos para desarrollar el estudio.
  • Proveer información relevante y robusta de manera clara y sencilla.
  • Medie el impacto social a nivel de usuario.

Un proyecto de Lean Data comienza con el desarrollo de una pregunta de impacto que una empresa intenta responder. En esta fase, los líderes de la empresa definen el planteamiento que se desea probar. Como parte de este proceso, recopilan comentarios de las personas sobre el impacto de un determinado producto o servicio.

Luego viene la fase de diseño, en ella los líderes identifican una tecnología habilitadora y un instrumento habilitante que implementarán en su proyecto. La tecnología habilitadora puede ser mensajes de texto o un centro de llamadas, por ejemplo. El instrumento habilitante podría ser una encuesta previamente probada.

En la fase de ejecución, la empresa desarrolla un plan concreto para recopilar datos de personas en su mercado objetivo. Durante esta fase, quienes gestionan el proyecto capacitan a los miembros del personal sobre cómo usar la tecnología habilitadora y el instrumento habilitante, y prueban su plan a través de la creación rápida de prototipos.

Una vez que los líderes de la empresa tienen los datos en la mano, ingresan a la fase de aprendizaje. Analizan los datos, extraen lecciones del proyecto y determinan cómo aplicar estas lecciones a las operaciones de la compañía. Finalmente los líderes de la empresa deciden cómo usarán la data disponible y toman decisiones frente al impacto observado.

Según González, “sin duda, las estrategias de sostenibilidad y su medición de impacto han venido tomando una relevancia cada vez mayor, llegando incluso a estar al nivel de las estrategias de mercadeo de las empresas y sus indicadores financieros o de negocio. Razón por la cual, dicha estrategia debería estar siempre ligada al quehacer de la empresa, reconociendo el compromiso implícito que ya hay con la sociedad y el valor que deberían tener para cada organización las necesidades reales del mundo”.

Fuente: HSB Noticias

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