25 septiembre 2020 | América Latina, Internet

Inversión con impacto social y ambiental, bajo un nuevo impulso por la pandemia

Por Silvia Stang

Los capitales para proyectos con propósito llegan en el mundo a US$715.000 millones y crecen al 17% anual; qué planes hay frente al Covid-19, qué pasa en el país y cuál es el riesgo del “lavado de imagen”

¿Qué destinos se le da al dinero de quienes tienen capacidad de ahorro? ¿Qué se financia y qué tipo de economía y de sociedad se promueven con las decisiones sobre el capital? Esas son parte de las preguntas que están detrás del movimiento de inversiones de impacto, basadas en poner el foco en que los candidatos a recibir recursos desarrollen una actividad que, además de procurar retornos económicos, tengan objetivos vinculados a lo social y lo ambiental.

Estas inversiones totalizan unos US$715.000 millones en el mundo y son gestionadas por 1720 entidades, según la estimación de la Red Global de Inversión de Impacto (GINN, según su sigla en inglés), una organización que estudia y promueve al sector. Su informe 2020 señala que la crisis por el Covid-19 dará impulso a estas prácticas del capital, en un mundo presionado no solo por la urgencia de responder ante los problemas sociales y económicos -algunos generados y otros exacerbados por la irrupción de la enfermedad y las decisiones políticas frente a ella-, sino también por la necesidad de generar soluciones de mediano y largo plazo ante el daño del tejido productivo.

Entre 2015 y 2019, según el informe mencionado, las inversiones de impacto crecieron a un ritmo anual promedio de 17%.[…]

El auge de este tipo de inversiones trae, sin embargo, sus riesgos, según advierte Tinelli: “Si se incrementa el green washing [uso del discurso socio ambiental para lavar la imagen de una compañía], o la utilización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de ONU [que algunas empresas toman de referencia para sus metas] como meras cuestiones cosméticas, se desacredita a todo el sector”, señala. Por eso, dice, el crecimiento “tiene que ir acompañado con urgencia por una correcta medición y una fiscalización del impacto que verdaderamente tienen” los negocios.[…]

Como ejemplos de acciones locales del sector privado, Arce cita el lanzamiento reciente de créditos del Banco Galicia para empresas B (con impacto económico, social y ambiental), a tasas más bajas que las generales, y el índice de sustentabilidad de BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos), que expone a las 15 empresas cotizantes con mejor desempeño según sus contribuciones ambientales y sociales, sus prácticas de gobierno corporativo y sus aportes a los ODS.[…]

 

Fuente: La Nación

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